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1. No confundir la depresión con la pereza y no animar a ser “más fuertes”
Las personas con depresión tienen un trastorno mental grave que no puede ser superado sólo con la fuerza de voluntad o simplemente cambiando perspectiva. Si estás ayudando a una persona con depresión, no le digas que “salga de ahí”, intentando forzarla a sentirse feliz o hablando de un periodo en que tú estabas triste por algún motivo pero has “pensado positivamente” y has resuelto el problema. Como las personas con las piernas rotas, no se trata de ser frágiles y sin fuerza de voluntad: sólo hay un obstáculo que impide las funciones normales. Busca familiarizarte con el hecho de que la depresión es una enfermedad.
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