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Piensa en términos de recompensas y no de castigos
Ser amigo de una persona que sufre depresión puede ser muy difícil, pero las amenazas no ayudan. “Si no te animas, si no te cuidas, si no comes, no te hablaré más” no es un buen modo de ayudar, porque las personas depresivas tienen ya pensamientos negativos que pueden llevar a pensar que se merecen ser tratadas mal. El castigo no es un incentivo para que cambien su comportamiento, “sentirán” sólo cuán horribles son. Intenta, en cambio, ser positivo y alaba a la persona cuando se cuida – sin ser condescendiente, pero con un sencillo “¡Eh, has hecho la comida! Sé que debe ser difícil para ti, ¿quieres que te ayude a lavar los platos?”. Es un buen inicio.
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