8.- El dolor del pasado.
Para un hombre, el orgullo herido de un pasado en el que se cometieron errores es mucho más doloroso que para una mujer. El hombre vuelve y vuelve sobre ese error que cometió y que veces no es posible borrar del todo. La mujer puede ayudarle a curar las heridas. Si se trata de cuestiones graves para el alma, conviene la ayuda de un profesional de la psicología o la psiquiatría. Y no olvides que, si tiene principios cristianos, contar con la gracia de Dios puede resultar absolutamente sanador. Evita que conecte con sectas o con grupos que prometen la reconciliación con uno mismo a base de prácticas "new age" porque al ver que no consigue nada se hundirá más.
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