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2.- El sexo.
Hablemos claro. No somos ángeles sino mujeres y hombres de carne y hueso. Tu marido piensa en el sexo. Sin ser la prioridad, este asunto es parte esencial de vuestra unión tanto del cuerpo como del alma, así que no te extrañe si está pendiente de eso. No lo descuides, al contrario, busca el modo de hacer que los dos logréis plena satisfacción. Ten en cuenta que hay cambios con la edad, las situaciones laborales, la enfermedad, el estrés... y adáptate. Saber que tú estás pendiente de hacerlo feliz en este aspecto le dará estabilidad y paz.
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