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Relativiza...
"Aléjate lo más posible, en este preciso momento, del objeto que excita su ira. Mantén un silencio profundo mientras dure el ascenso", aconsejaba el Cura de Ars. En lugar de romper todos los platos de la casa porque tu hijo o tu pareja te lleva al límite, respira profundamente y cálmate un poco. Repite todas las veces que sea necesario: "Jesús, amable y humilde de corazón, haz que mi corazón sea como el tuyo".
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