Muestra que tu trabajo es algo esencial en la vida, y que es positivo
El trabajo no es un castigo divino, porque Dios nos creó para trabajar. El cansancio sí es consecuencia del pecado original. Luego no tendría sentido escuchar quejas continuas sobre el deber de trabajar. En cambio, lo lógico es mostrar alegría por tener un trabajo y por todo lo que uno puede desplegar en él en cuanto a valores y experiencias.
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