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Pon color a su vida
Es un detalle material, pero eficaz. Desde el Renacimiento se entiende que el color tiene efectos terapéuticos. Por eso debemos tener en cuenta qué colores rodean a la persona depresiva. No nos ayudarían los negros ni los grises. En cambio, pinta una de las paredes de su habitación de un color vivo (o todas) y verás cómo se crea un ambiente jovial. Posibilidades: los tonos cítricos, los verdes que recuerdan a la naturaleza, los azules que invitan a respirar a conciencia y da sensación de amplitud. Intenta que se vista con color (fuera el negro existencial). Cierto que hay que respetar los gustos de cada uno pero bastará un detalle para que cambie su aspecto.
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