1 / 6
1. Él y yo somos Hijos de Dios, por lo tanto somos hermanos La dignidad y el valor de una persona no radica en lo que tiene, en su condición material, tampoco en sus capacidades, simplemente vale por ser un ser humano, fruto de un pensamiento de amor de Dios, nuestro Padre. ¿Cómo no salir a su encuentro si somos hijos de un mismo Padre? ¿Como no amarlo si tiene mi misma dignidad?
+

© John Christian Fjellestad-CC