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4. Me enseña a… Descubrir la riqueza del otro y la riqueza propia en cada lugar en el que me encuentro, porque sin duda todos somos carentes de algo, pero a la vez ¡somos tan ricos aquellos que tenemos a Dios y vemos su presencia en el misterio de la vida de cada persona! Recordemos que nuestra vocación primera es el Amor.
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