3 / 6
3. Cuando acojo a alguien que sufre siempre se llena de alegría mi corazón «Hay más alegría en dar que en recibir», esta es una realidad que solo es posible creer cuando se vive. A veces creemos que somos nosotros los que vamos a ayudar a los demás y por el contrario, nos damos cuenta que cuando servimos con amor, con dedicación y con generosidad a alguno de estos hermanos más pobres, recibimos más, nos damos cuenta de cuánto necesitamos y que también nosotros tenemos nuestra pobreza. Así se nos llena el corazón de una auténtica y profunda alegría, se renueva nuestra esperanza en que es posible transformar el mundo y nuestro corazón arde con un mayor amor y con un mayor deseo de dar a los demás. Cuando te subes en esta «montaña rusa» es difícil parar.
+

© John Christian Fjellestad-CC