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Aprender a pedir ayuda:
Las madres que han decidido ser felices no tienen miedo de pedir ayuda. Entienden que aunque puedan hacer mucho, todos tenemos nuestras limitaciones y es importante contar con alguien cuando se necesita. De nada sirve estar malhumorada o totalmente desbordada evitando sentimientos de culpa por no pedir la ayuda adecuada. Ser madre es un trabajo a tiempo completo y no es necesario que ocurra una emergencia para recurrir a un familiar o a una niñera. Es saludable, tanto para ti como para los niños, de vez en cuando pasar un tiempo alejada de ellos: tener una reunión con amigas, un largo baño con una revista o una cena romántica con tu esposo.
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