Adopta una rutina sana
Crea unas costumbres que te preparen para ir a dormir, de manera que tu cerebro se vaya adaptando y se disponga a quedar en "modo relajación". Por ejemplo, te puede servir una ducha sin prisas, desmaquillarte y aplicar productos que te gusten (cuidarte como no puedes hacer por las mañanas), escuchar música adecuada, preparar y beber una infusión que no contenga excitantes como la cafeína, meditar, rezar...
+© Alto Images | Stocksy United