Ser prudente sobre el momento y el propósito de la relación
El propósito de las citas ha sido siempre discernir el matrimonio. Con esto en mente, las relaciones deberían ser algo que a temprana edad deberían ir construyéndose muy lentamente. Muchas relaciones, motivadas por necesidades emocionales o físicas, son demasiado apresuradas.
Este tipo de relaciones carecen de una base sólida y de claridad de propósito como los "amigos con beneficios", una especie de gratificación a expensas del otro que nunca puede llevar a un amor auténtico.
Tampoco lo es cuando las parejas se comprometen tan rápido que apenas saben a quién se han comprometido o por qué motivo. A medida que pasa el tiempo las fallas salen a la superficie y la relación se vuelve difícil.
El verdadero amor requiere vulnerabilidad, por lo que es importante no regalar el corazón. Podemos tomar el amor más en serio: no es bueno hacer un compromiso romántico serio con una persona con la que no podemos vernos compartiendo una vida a largo plazo.
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