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3. Mantener consciencia (y control) de tus propias emociones

Es decir, cuídate. La toxicidad a menudo es irracional (es decir, no sigue más lógica que la suya propia) y el peor plan de acción es intentar jugar al mismo juego.

Mantén en mente que no tienes por qué responder en los mismos términos emocionales, sino que puedes, mejor, aportar razonamientos serenos. Eso quizás implique, en ocasiones, retirarse, reorganizarse y luego volver con soluciones. Gana algo de tiempo si lo necesitas.

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