Abandona la violencia
Quizás seas un gran adepto de tu candidato, pero otros quizás no. Por difícil que resulte, vigila el límite entre la vehemencia y el tono violento a la hora de intentar convencer a tu interlocutor. Comparte con calma tus razonamientos y luego dedica tiempo a escuchar tranquilamente el punto de vista del otro y, si la situación lo requiere, zanja el asunto con un “bueno, coincidimos en que no estamos de acuerdo”.
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