2. La gran limpieza: ordenar por desalojo ha siempre sido el método más eficaz. Es decir, hay que recorrer todas las habitaciones de la casa con dos bolsas: en una terminará todo aquello que estéis dispuestos a mandar a la basura, en la otra irán las cosas que no pertenezcan a esa habitación. Una vez finalizada esta primera criba, hay que abordar una segunda clasificación más específica. Todo objeto que no sea útil o que no hayáis utilizado durante el último año, a una caja de cartón. Conservad treinta días más esta caja en un rincón de la casa. Si en efecto no habéis vuelto a necesitar estos objetos, ¡donadlos a alguna ONG que los necesite!
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