Ir a la barbero Yo disfruto especialmente las barberías de la vieja escuela italiana, las que tienen un poste a rayas como de caramelo a modo de señal distintiva y que utilizan navaja con pinta peligrosa en el corte de pelo. Sin embargo, sea quien sea el barbero, hay cierta atmósfera de camaradería en la barbería-peluquería que ayuda a los niños a adentrarse en uno de los rituales privilegiados del ser hombre.