Rato de cafetería A ver, no es una idea fantástica enganchar a un niño de ocho años para ir a la cafeína. Sin embargo, eso es lo que le maravilla tanto a mis muchachos cuando los llevo a la cafetería para pasar un rato de hombres. Les doy un bizcocho y un sorbito de café como iniciación a la #VidaDePadre y ellos se quedan tremendamente impresionados con la solemnidad del momento.