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D.O.M. BÉNÉDICTINE DE LA ABADÍA DE LA TRINIDAD DE FÉCAMP. Es una de esas recetas secretas ancestrales inventadas por los monjes franceses. Según la leyenda, este elixir de salud con base de plantas medicinales habría sido concebido por un monje benedictino veneciano, Dom Bernardo Vincelli. En 1863, un comerciante de la ciudad de Fécamp redescubrió esta receta olvidada. Le puso el nombre de los monjes benedictinos de su ciudad tomando prestado su lema: Deo Optimo Maximo, “Para Dios, el mejor y más grande”. Incluso hizo construir un palacio para albergar la destilería donde todavía hoy se produce el licor. La receta incluye cuatro preparados de base que utilizan 27 plantas diferentes, infusionadas en alcohol y luego destiladas. El resultante aguardiente, denominado esprit, se envejece en barricas de roble y se colorea con azafrán. Melisa, enebro y angélica son los aromas más destacados.
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