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1.- Querido Frankie (My Dear Frankie) Una película que pasó relativamente inadvertida en su momento y que es una película de diez: por lo que dice, por cómo lo dice, por cómo está hecha, su ambientación y por sus magníficos actores e historia. Fue aquí donde empezó a consagrarse Gerard Butler antes de hacer 300, y está que se sobrepasa la media con mucho. Emily Mortimer encarna un papel nada fácil dentro la historia: una mujer que escapa con su hijo de su marido maltratador. Dicho así suena a drama duro, pero esta película es tan inteligente como realista. El caso es que se inventa una historia para no explicarle a su hijo que su padre les hizo mucho daño. ¿Cómo mantener esa mentira sin hacer daño al corazón? Ese es sólo el inicio de la trama. Merece mucho la pena, y si alguien le interesa profundizar en el inglés, mejor véanla en versión original y escucharán un precioso acento escocés de Glasgow.
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