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1. Recuerda que los límites y las reglas son para los hijos, no para los padres. Ellos en ocasiones piden que los padres sigan las mismas reglas.

Si bien es cierto que la mejor manera de seguirlas es viendo un buen ejemplo, ocúpate de eso, pero no permitas que los hijos te pongan reglas similares a las de ellos. Quienes están siendo educados son los hijos, no los padres. Esto les ayudará a entender que la autoridad son los padres y no los hijos.

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