En la Biblia hay muchos relatos de apariciones de ángeles. Basta pensar en el ángel Gabriel visitando a la Virgen María y diciéndole que daría a luz al Hijo de Dios; o en el arcángel Rafael acompañando al joven Tobías en su viaje; o en el ángel enviado por Dios para alimentar al profeta Elías y fortalecerlo antes de su viaje de cuarenta días al monte Horeb (1 Re 19, 5-7).
Del mismo modo, a lo largo de la historia de la Iglesia, estos mensajeros divinos se han aparecido a muchos santos para guiarles y protegerles. Descubre algunos de estos encuentros celestiales:
1San Felipe Neri
El apóstol de la alegría tenía una relación especial con los ángeles. Un día, escapó de un grave accidente gracias a su ángel de la guarda, que lo levantó para evitar que fuera atropellado por un carruaje tirado por caballos.
En otra ocasión, se le apareció una criatura celestial disfrazada de pobre mendigo. Justo cuando el santo iba a darle todo lo poco que tenía, el ángel le reveló su verdadera identidad. Le explicó que quería poner a prueba su generosidad, sonrió y desapareció.
2San Juan Bosco
La vida de san Juan Bosco también estuvo marcada por numerosas intervenciones divinas. Su ferviente compromiso con la educación cristiana de los niños pobres le granjeó a menudo hostilidades. En una Italia marcada por las tensiones anticlericales, el santo se enfrentó regularmente a amenazas e intentos de asesinato.
Sin embargo, cada vez que su vida corría peligro, invocaba a su ángel de la guarda y un misterioso protector acudía inevitablemente en su rescate. Este protector es un perro gris que aparece regularmente: le acompaña cuando vuelve a casa a altas horas de la noche y le salva de numerosos intentos de asesinato. Juan Bosco le llama Il Grigio y atribuye su presencia a la intervención angélica.
3padre pío
El Padre Pío también sentía una profunda devoción por estas criaturas celestiales, y llamaba cariñosamente a su ángel de la guarda "el pequeño compañero de mi infancia".
En sus cartas a sus directores espirituales, relataba sus frecuentes encuentros con estos ángeles, que le hacían presentir la felicidad del cielo y le ayudaban a resistir los ataques del Maligno. Ante tantos fenómenos sobrenaturales, su confesor decidió comprobar la veracidad de estos relatos y le envió cartas escritas en griego y francés, lenguas que el capuchino italiano desconocía. Cuando el santo las recibió, lo comprendió todo y respondió a su confesor: "Sabe, mi ángel de la guarda me lo ha explicado todo".
4Los tres pastorcitos de Fátima
En la primavera de 1916, en Portugal, tres niños -Lucía, Jacinta y Francisco- estaban jugando cuando vieron a un joven de unos 14-15 años, muy hermoso y más radiante que un cristal cuando lo atraviesan los rayos del sol. Era un ángel enviado por Dios, que pidió a los tres pastorcitos que rezaran con él y ofrecieran sacrificios por la conversión de los pecadores.
Durante una de estas apariciones, incluso les hizo comulgar con el cuerpo y la sangre de Cristo. Este ángel se apareció tres veces antes de que la Virgen María se les apareciera el 13 de mayo de 1917.
5Sor Faustina
Secretaria de la misericordia divina, santa Faustina Kowalska relata en su Diario numerosas visiones de ángeles. De hecho, veía regularmente a su ángel de la guarda a su lado -en el jardín, en la cocina o en el tren- y recibía su ayuda práctica en los momentos difíciles.
Un día, su ángel incluso le mostró el lugar reservado en el Cielo para cumplir la voluntad de Dios, y también recibió la Eucaristía de manos de un serafín vestido de oro. Sin embargo, cuando ella le preguntó si podía confesarla, él le respondió que ningún espíritu celestial tenía tal poder.
6Santa Ángela de Foligno
Santa Ángela de Foligno, mística del siglo XIII, dejó numerosos escritos en los que describe sus visiones de criaturas celestiales. Un día, durante una Misa, oyó una voz que le decía: "En este momento, el Hijo de Dios, en su humanidad y divinidad, está presente en el altar, y está rodeado de una multitud de ángeles".
La santa dijo: "Su presencia me dio tanta alegría y sus palabras llenaron mi alma de una felicidad tan grande que nunca hubiera creído que los santísimos Ángeles fueran capaces de dar a las almas tales delicias".
7San Martín de Tours
Tras servir como soldado en el ejército romano, san Martín se convirtió al cristianismo, se hizo monje y luego obispo de Tours. Combatió activamente las herejías y las prácticas paganas, destruyendo ídolos en el campo y evangelizando a las poblaciones rurales. Según algunos relatos hagiográficos, los ángeles de la milicia celestial le animaban regularmente en su misión.
Uno de estos ángeles le dijo: "Martín, hemos bajado del Cielo para ayudarte a realizar la obra por la que el Cielo lucha en tu favor. Ahora no lo dudes más, tendrás las armas que te ayudarán a que la multitud de campesinos ya no se rebele. De nosotros depende derrotar a los orgullosos".
8San Francisco de Asís
El pobrecillo de Asís también recibía a menudo la visita de los ángeles, que venían a reconfortarle con su presencia y sus cantos celestiales, sobre todo en sus momentos de sufrimiento. Cuando se retiró al monte Alverna para meditar sobre la Pasión de Jesús y ayunar durante cuarenta días, san Francisco tuvo la visión de un resplandeciente serafín que descendía del cielo. Entre sus alas luminosas apareció la efigie de un crucificado, y Francisco se encontró marcado en las manos, los pies y el costado con los estigmas, signos de la pasión de Cristo.
Todos estos ejemplos, y muchos más, nos recuerdan que los ángeles son intercesores y fieles compañeros que ayudan a todos en su camino hacia el Cielo. Su papel es proteger, aconsejar y animar constantemente a las personas a volver sus ojos y sus corazones hacia Dios.