"Hoy no puedo asomarme a la ventana porque tengo este problema de inflamación del pulmón, y es el arzobispo Braida quien leerá la reflexión", declaró el Papa Francisco al introducir la meditación para el Ángelus del 26 de noviembre de 2023, domingo de Cristo Rey. El discurso fue retransmitido desde la capilla de la casa de Santa Marta, donde reside, debido al problema de salud que le llevó la víspera a cancelar sus audiencias matutinas y someterse a un escáner pulmonar en el hospital Gemelli.
El Papa Francisco, que cumplirá 87 años el 17 de diciembre, parecía cansado pero habló con una sonrisa al introducir la oración del Ángelus. El Papa explicó que dejaba al arzobispo Paolo Braida la lectura de las reflexiones del día, "que conoce bien, porque es él quien siempre las hace tan bien". Este discreto funcionario de la Secretaría de Estado, que nunca se había enfrentado a tal exposición mediática, dirige de hecho el equipo encargado de redactar las catequesis del pontífice argentino.
Se veía una sonda en la mano del Papa, que tosió varias veces. Sin embargo, rezó la oración del Ángelus como tal, en latín, y saludó a los fieles al final de la emisión. También confirmó su asistencia a la COP28, que se celebrará en Dubai del 1 al 3 de diciembre.
En la meditación, leída por el arzobispo Paolo Braida, el Papa explica que "el Evangelio nos habla del Juicio Final y nos dice que se basará en la caridad". Según "los criterios de Jesús", los verdaderos amigos "son aquellos que le han servido entre los más débiles", insiste. "Personas hambrientas, sin techo, a menudo vestidos lo mejor que pueden, invaden nuestras calles: nos encontramos con ellos todos los días", recuerda el Papa en este texto leído por monseñor Braida.
"El Evangelio de hoy nos dice que somos 'bienaventurados' si respondemos a esta pobreza con amor, con servicio: no apartándonos, sino dando de comer y beber, ropa, cobijo, una visita, en una palabra, estando cerca de los necesitados", insiste.
"¿Creemos que la verdadera realeza consiste en la misericordia? Creemos en la fuerza del amor?", se pregunta el Papa en este texto, invitando a todos a hacerse esta pregunta: "¿Me siento personalmente implicado en las necesidades de las personas que sufren y que encuentro en mi camino?".