No nacen suficientes niños para remplazar a los ancianos en muchos países del Occidente. “La belleza de una familia rica en hijos corre el riesgo de convertirse en una utopía, un sueño difícil de realizar”.
Estas palabras del Papa sobre la natalidad fueron leídas este jueves a los participantes en la segunda edición de los Estados Generales de Nacimiento en Italia, que tuvo lugar los días 12 y 13 de mayo en el Auditorium della Conciliazione de Roma.
El invierno demográfico “no es inmediatamente perceptible, como otros problemas que ocupan la actualidad, pero es muy urgente: cada vez nacen menos niños, y eso significa empobrecer el futuro de todos; Italia, Europa y Occidente están empobreciendo su futuro”.
El sueño familiar, sustituido por subrogados mediocres
El Papa recuerda que hay muchos jóvenes que quieren tener hijos, pero no pueden, o, a veces, pierden ese anhelo por el camino: “Existe una periferia existencial en Occidente que no se percibe inmediatamente. Es la de las mujeres y los hombres que tienen el deseo de tener un hijo, pero no pueden realizarlo. Muchos jóvenes luchan por realizar su sueño familiar”, aseguró.
También denuncia que muchas jóvenes parejas “bajan el listón del deseo y se conforman con sustitutos mediocres, como los negocios, el coche, los viajes, la celosa custodia del tiempo libre…”.
El 266º Sucesor de Pedro considera que abstenerse de tener hijos, es una “nueva pobreza que me asusta”. “Es la pobreza generadora de los que descartan el deseo de felicidad en sus corazones, de los que se resignan a diluir sus mayores aspiraciones, de los que se conforman con poco y dejan de esperar grandes cosas”.
La baja natalidad es una nueva pobreza
El problema de la natalidad es una “pobreza trágica, porque afecta a los seres humanos en su mayor riqueza: traer vidas al mundo para cuidarlas, transmitir la existencia que han recibido a otros con amor.”
“No ver el problema de la falta de nacimiento es una actitud miope - denunció el Papa - ; es dejar de ver lejos, de mirar hacia adelante. Es dar la espalda, pensando que los problemas son siempre demasiado complejos y que no se puede hacer nada”.
Francisco pide no rendirse ante la falta de nacimientos. Por eso, dijo que le gustaba “el título de su evento, organizado por la Fundación para la Natalidad y promovido por el Foro de la Familia: "Se puede hacer".
Es hora de dar respuestas reales a las familias
El Papa pide afrontar el tema de la familia y de los nacimientos sin miedo, trabajando juntos, y más allá de “intereses partidistas y las vallas ideológicas”.
Por eso, “espero que a todos los niveles -institucional, mediático, cultural, económico y social- se promuevan, mejoren y apliquen políticas concretas destinadas a relanzar la natalidad y la familia”.
El tema de la natalidad - argumenta - “es capaz de unir, no de dividir. Empresas, bancos, asociaciones, sindicatos, deportistas, actores, escritores, políticos, todos juntos para reflexionar sobre cómo volver a ilusionarse con la vida”.
“Los datos, las previsiones y las cifras son ya conocidos por todos: necesitamos concreción. Es hora de dar respuestas reales a las familias y a los jóvenes: la esperanza no puede ni debe morir de espera. Pido a Dios que bendiga tu compromiso”, concluyó el Papa.