Cerro Pelado, Maldonado, Uruguay. Un sitio un tanto “olvidado” a pesar de la cercanía con Punta del Este, el principal balneario del país sudamericano ubicado a poco más de 100 kilómetros de Montevideo.
Es en esa zona donde recientemente una reliquia (de primer grado) con cabellos del beato Carlo Acutis llegó desde el santuario de Asís, Italia, gracias al pedido del obispo de Maldonado-Punta del Este-Minas, Milton Tróccoli.
Ese lugar, hasta ahora capilla, desde hace pocas semanas ha cambiado de nombre. Actualmente se llama “Microsantuario Eucarístico San Francisco de Asís y Beato Carlo Acutis”.
Así lo confirmó en diálogo con Aleteia el padre Pedro Lepphaille, un capuchino de más de 90 años y uno de los impulsores de que Acutis se transformara en co-patrón de la que fuera hasta hace poco tiempo la Capila San Francisco de Asís de Cerro Pelado.
¿Por qué “microsantuario”?
La decisión del cambio de nombre, aseguró el sacerdote capuchino, contó con el visto bueno de Tróccoli y de alguna manera responde a una situación actual en cuanto a la vivencia de la fe en sitios como Uruguay.
“Antes los santuarios eran iglesias que por diversas tradiciones o reliquias que tienen eran veneradas muy por encima de la parroquia y de la zona. Se recibían grandes peregrinaciones, cultos suntuarios”, reflexionó el sacerdote capuchino con respecto a una situación no exenta de crisis donde comienza de alguna manera a primar lo más pequeño por encima de lo grande. Aquello, entiende, de una Iglesia que va lentamente a pequeños grupos.
Es en ese contexto que se quiso acuñar el término de “microsantuario”. “Admitirá ‘microperegrinaciones’, porque no son peregrinaciones inmensas”, comentó el sacerdote capuchino. Se trata, prosigue, de una propuesta para grupos reducidos. Por, ejemplo, de dos, cinco o 20 personas que lleguen al lugar.
La primera “microperegrinación”
El domingo 24 de octubre el “microsantuario” recibió la primera “microperegrinación” gracias a la presencia de un grupo encargado de ofrecer un servicio de ropa usada para quienes lo necesitan vinculado a la catedral de Maldonado llamado Divina Providencia. Fueron estas personas las encargadas de vivir esta nueva experiencia y tener también una hora de adoración.
“En una pequeña sala de recepción del ‘microsantuario’ con una pequeña merienda expresaron sus sentimientos de todo lo que pensaban de todo esto”, continuó el sacerdote capuchino.
“Queremos hacer de este ‘microsantuario’ un centro de espiritualidad y adoración eucarística. Con una especie de capacidad de recibir gente para las ‘microperegrinaciones’. Tenemos un hermoso patio con árboles, pueden pasar la tarde”, prosiguió Lepphaille.
¿Cómo funciona este “microsantuario”?
Según informó el sacerdote capuchino, el “microsantuario” está abierto, tiene misa los domingos a las 11 de la mañana. Además, los 10 de cada mes ofrece una misa a las 19 horas con la exposición de la reliquia de Carlo Acutis.
“Tenemos el altar hecho en la capilla, lo hemos inaugurado, una gran imagen de Acutis con una cabellera muy propia de un adolescente de 14, 15 años”, indicó con respecto al nuevo co-patrono que de alguna manera se transformado también en protagonista de esta propuesta inédita en Uruguay.
Reencontrarse con Dios en el silencio
“Nuestros católicos se han medio quedado y les cuesta moverse”, expresó también este sacerdote capuchino con respecto a los efectos que también ha dejado de alguna manera la pandemia en muchos fieles. Es por eso que desde este ‘microsantuario’ también se piensa trabajar para que la gente visite el lugar y que no sean solo los que llegan de lejos los que se acerquen a venerar la reliquia de Acutis.
El sacerdote capuchino finalizó su diálogo con Aleteia con la siguiente reflexión:
“La información que cada uno tienen con los celulares es formidable, pero la soledad en la que está sumida la persona es impresionante. La persona va buscando centros donde a través del silencio encuentra de nuevo el camino. El contacto personal del ser humano consigo mismo y con Cristo se obtiene solamente en el silencio. Nosotros le damos una hora de silencio a cada uno que venga para reencontrarse con Dios y su vocación”.