La antigua tradición de una familia en el arte de los mosaicos
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Una obra maestra también a tus pies, es lo que se podría decir cuando entras a la Capilla Sixtina. Ocurre que delante de la imponente obra de Miguel Ángel, y la cantidad de gente que la visita, el suelo queda en segundo plano.
Cuando el Papa Sixto IV della Rovere, entre 1475 y 1481, decidió construir y decorar la Capilla del Palacio Vaticano (que tomó su nombre), también quiso crear un piso digno y pensó, sin duda, en el estilo medieval cosmatesco.
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¿Qué es el estilo Cosmatesco?
Es una técnica particular que apareció por primera vez en 1200 d.C. desarrollada por la familia de maestros Cosmati, llamada así por el nombre de uno de sus miembros: Cosma.
Este estilo consistía en ensamblar pequeñas piezas de precioso mármol policromado que venían reciclados, por decir así, de los restos de edificios de la época imperial romana. A los mármoles también se les añadían pastas de vidrio y discos de pórfido, que se obtenían cortando las antiguas columnas romanas.
Con una minuciosidad digna de un rompecabezas de miles de piezas, estos artistas cubrieron las más importantes iglesias con estas maravillosas “alfombras de piedras”.
El arte en estos mosaicos no es fruto del azar. Se puede decir que tienen un lenguaje secreto cargado de espiritualidad.
Numerosos teólogos, históricos, científicos y arquitectos han estudiado y escrito sobre los mosaicos cosmatescos, llegando a la conclusión de que, además de ser una obra magnífica de decoración, sus formas fueron creados como caminos de meditación y para llegar a lo más sagrado, la zona absidal de las iglesias, donde se encuentra Dios, en el altar, en la Eucaristía.
Los cánones decorativos estilísticos de estos mosaicos, variaban según las zonas. Las más importantes, como el presbiterio y la Schola Cantorum, estaban ricamente más decoradas que aquellas zonas menos significativas.
Esta maravillosas obras artísticas en los suelos de las iglesias italianas, han inspirado a otras en varias partes del mundo como los místicos mosaicos en la Abadía de Westminster.