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José H. Gómez, el obispo mexicano que lidera la Iglesia en EEUU

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Jaime Septién - publicado el 13/11/19
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Es arzobispo de Los Ángeles y nació en Monterrey (México)

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En su reunión de otoño, que se está celebrando en Baltimore (Maryland), los obispos de la Unión Americana decidieron dar un giro a su presencia pública y eligieron al arzobispo de Los Ángeles, José H. Gómez, como presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés).

La decisión tiene un alto contenido simbólico. El arzobispo Gómez, nacido en Monterrey (México) hace 67 años y nacionalizado estadounidense, escribió en 2009 un libro decisivo para darle un giro de 180 grados al tema migratorio: “Inmigración y el Futuro de Estados Unidos de América”.

En el texto, Gómez, quien encabeza también la arquidiócesis de Los Ángeles, la que mayor número de católicos y de católicos hispanos tiene en Estados Unidos, afirma, entre otras cosas, que la inmigración es la vía para renovar el alma de ese país y recuperar (porque están perdidos) los grandes ideales que forjaron a los Estados Unidos de América.

Una Iglesia y un país de inmigrantes

“La inmigración –escribe en su texto el prelado, quien ha sido considerado uno de los cien hispanos más influyentes en Estados Unidos—es uno de los grandes retos de los derechos humanos en nuestra generación. Es también un momento histórico decisivo para Estados Unidos…”.

Ese momento histórico de la inmigración, que ahora enfrenta una política durísima en su contra, sería el necesario, según el arzobispo Gómez, “para renovar a nuestro país según sus promesas fundacionales sobre los derechos universales enraizados en Dios”.

En opinión del nuevo presidente de la USCCB, “la inmigración no se trata solamente de inmigración. Se trata de renovar el alma de Estados Unidos”. Especialmente desde la Iglesia católica, puesto que “la Iglesia católica de este país siempre ha sido una Iglesia de inmigrantes, así como Estados Unidos siempre ha sido una nación de inmigrantes”.

Patrones cambiantes

Gómez había sido, antes de arzobispo de Los Ángeles, obispo auxiliar y arzobispo de dos ciudades emblemáticas de la inmigración hispana: Denver (Colorado) y San Antonio (Texas); sitios en los que, según él mismo cuenta en su libro, adquirió experiencia en el día con día de los inmigrantes, sean documentados o indocumentados.

Para el prelado de cuna mexicana, la experiencia máxima es la arquidiócesis de Los Ángeles donde “damos culto a Dios y realizamos nuestro ministerio en 42 idiomas”. Desde su punto de vista “lo patrones indican que el futuro de Estados Unidos será cada vez menos blanco-europeo y cada vez más latino y asiático”.

El arzobispo Gómez –quien era vicepresidente del organismo colegiado, junto con el cardenal Daniel DiNardo, de Houston-Galveston quien fungía como presidente, recibió 176 de los 238 votos emitidos en la primera votación del martes 12 de noviembre, por la mañana. Su mandato será por tres años.

Un momento de gracia

En una entrevista con el sitio web de la arquidiócesis de Los Ángeles, Ángelus, el arzobispo expresó su gratitud a sus hermanos obispos por la confianza que depositaron en él.

“Realmente es un momento de gracia para mí, y estoy extremadamente agradecido con mis hermanos obispos por pensar en mí para este puesto. Es un honor para mí servir a la Conferencia de Obispos y al pueblo de los Estados Unidos. Es abrumador, y al mismo tiempo siento que es un momento de gracia para mí”.

Por lo demás, su elección se produjo el mismo día en que la Corte Suprema de Estados Unidos escuchaba los testimonios sobre el destino del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), un evento por el cual el arzobispo pidió personalmente a los fieles en su arquidiócesis que rezaran para que la Corte y el presidente Trump asumieran su responsabilidad y actuaran a favor del DACA ahora mismo.

En su columna semanal del Ángelus publicada el 11 de noviembre, el arzobispo Gómez escribió: “Ahora es el momento para un verdadero liderazgo”. Eso significa que debemos dejar de oponernos a las ideas solo porque” la otra parte “lo ha propuesto. Eso significa que debemos rechazar el pensamiento que nos hace resistir el compromiso porque podría darles a nuestros rivales políticos una victoria”.

Su relación con el Papa Francisco

Otro punto importante de la elección del arzobispo de Los Ángeles es su relación con el Papa Francisco. De hecho, el texto al que hemos hecho alusión lo dedica al Pontífice con estas palabras premonitorias: “Al Papa Francisco, hijo de inmigrantes y primer Papa del Nuevo Mundo”.

Sostiene que a pesar de lo que algunos creen, los obispos de los Estados Unidos se centran en seguir el ejemplo del Papa Francisco en este “momento de renovación y reforma” en la Iglesia Católica.

“Los obispos de los Estados Unidos están unidos con el papa Francisco”, dijo el arzobispo Gómez a Ángelus. “La realidad es que la Iglesia de los Estados Unidos es una gran comunidad, y creo que lleva tiempo lograr que la gente entienda completamente de qué se trata la espiritualidad y el ministerio del Papa Francisco”.

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