separateurCreated with Sketch.

Un vistazo a las casas de la infancia de 13 santos queridos

ANNA KATHARINA EMMERICK'S HOUSE
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Cerith Gardiner - publicado el 12/05/18
whatsappfacebooktwitter-xemailnative

Aquí empezaron las vidas de estas personas extraordinariasA menudo se dice que nuestros años de infancia son cruciales para determinar quiénes seremos en el futuro. No es solo la influencia de las personas en nuestra vida, sino también nuestro entorno el que desempeña una función enorme. Si echamos un vistazo a los hogares de la infancia de estos santos, podemos intentar imaginar su estilo de vida diario… ¿Hacía el Padre Pío su propia cama? (¡Eso pensamos!) ¿Se asomaba a su balcón el joven Karol Wojtyła e imaginaba cómo podía servir a Dios? (¡Es probable!).

Desde la querida santa Teresa de Lisieux hasta la adolescente santa moderna Chiara Badano, verás que algunos venían de viviendas más humildes, mientras que otros nacieron en una vida de privilegio que rechazaron o utilizaron para servir a Dios.

Haz clic en Galería de imágenes para tener una impresión de cómo fue la infancia de estas extraordinarias personas.

 

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.