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El inicio de curso es un buen momento para poner en manos de Dios el esfuerzo de los próximos meses y pedirle buenos frutos. ¡Hazlo con esta oración!
Bueno, Señor, aquí estamos otra vez. Clases seleccionadas y horario planificado, se presenta ante mí otro año académico. Te doy las gracias por la oportunidad de recibir una educación, por la posibilidad de estudiar, un privilegio vedado para muchos en este mundo. Te doy gracias por las capacidades físicas e intelectuales que facilitarán mi aprendizaje.
Por favor, ayúdame a dar lo mejor de mí, sobre todo a hacerlo mejor que el año pasado.
Ayúdame a ser riguroso y atento en mis estudios, que no ignore ni pase nada importante por alto.
Ayúdame a mantener mis prioridades en orden, para que mis esfuerzos no se distraigan en cotilleos frívolos ni en actividades objetables, que mis intenciones no se pierdan en el raudal de eventos y compromisos sociales.
Ayúdame a ser generoso con otros que también estudian, que les ofrezca mi ayuda allá donde pueda servir y que permita aceptar la ayuda de los demás cuando yo tenga problemas.
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Ayúdame a recordar que algunos de tus santos tuvieron dificultades con sus estudios, ayúdame a recordar que puedo apelar a ellos –san José Cupertino; santa Bernardita Soubirous; venerable Solanus Casey– para que me asistan con sus oraciones de intercesión; para que ante toda dificultad, pueda estar preparado y alerta para reconocer su auxilio.
Que recuerde durante todo el año que mi ángel de la guarda, tus santos y tu Santísima Madre están siempre conmigo, siempre listos para auxiliarme con sus oraciones.
Que recuerde también que, en los momentos de auténtico temor o aprensión, siempre puedo depositar estas dificultades en las profundidades de tu Sagrado Corazón; que la ansiedad no me abrume.
Así como pongo en práctica los dones que he recibido de Dios, nuestro Padre, ruego por que mi voz esté siempre dispuesta a dar gloria, alabanza y verdadera gratitud a tu Santo Nombre. Amén.