En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de todos los
prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse,
porque unos decían que Juan había resucitado; otros, que
había regresado Elías, y otros, que había vuelto a la vida uno
de los antiguos profetas.
Pero Herodes decía: "A Juan yo lo mandé decapitar.
¿Quién será, pues, éste del que oigo semejantes cosas?" Y
tenía curiosidad de ver a Jesús.
Lucas 9, 7-9