Para llevar a tu bebé a todos lados contigo, ¿por qué no optar por un fular portabebés? Ligero y fácil de usar, el fular presenta numerosas ventajas.Muchas mujeres que se estrenan en el mundo de la maternidad se entusiasman con el fular portabebés. Les resulta tan cómodo como práctico. Aleteia entrevista a Elise Drouin, madre, puericultora y monitora de técnicas de porteo para que nos ofrezca algunos de sus consejos sobre este asunto.
¿De dónde viene la práctica del porteo del bebé?
Existe desde hace mucho tiempo en Asia, América del sur y África. Las técnicas varían según el país, pero los beneficios del cuerpo con cuerpo y de la proximidad prolongada se han percibido universalmente.
El fular portabebés es seguramente uno de los medios de porteo más simples: sin presión y sin hebillas de metal o plástico. Desde el parto, el bebé puede ser portado con total seguridad hasta el momento en que se vuelva demasiado pesado.
¿Cuáles son los beneficios para el desarrollo del bebé?
Cuando nace, el bebé acaba de pasar nueve meses en un entorno cálido donde siente todos los movimientos de su madre, escuchando su corazón. El hecho de estar acurrucado contra ella le permite volver a encontrar esas sensaciones, sentirse arrullado y tranquilo.
Además, el calor de su madre, lo que siente, lo que ve y lo que escucha estimulan sus sentidos. Gracias a esos movimientos de intimidad, padres y bebés se descubren, se tocan y se comunican. Este contacto envolvente puede ayudar a reforzar los lazos.
¿Qué ventajas constata para la salud del bebé?
El porteo con fular se recomienda para mantener las piernas del bebé en una buena posición, lo cual permite un desarrollo armonioso de las articulaciones de las caderas y de los huesos de la pelvis. Además, permite al niño no descansar sobre sus partes genitales.
El niño está sentado y sus piernas están a la altura de su pelvis. En caso de reflujo gástrico, ofrece también alivio y distensión.
Una última ventaja: en la calle, el niño está sentado más alto que en un carrito y, por tanto, se encuentra menos expuesto al gas de los tubos de escape.
¿La madre o los demás porteadores salen ganando también?
Los intereses del porteo también son múltiples para ellos. Nada de molestias de carritos en el autobús o el metro. El estado del pavimento ya no presenta un problema.
Otra ventaja para el padre o la madre es que los dolores dorsales son casi inexistentes, porque el peso se reparte entre varias zonas: la espalda, el pecho, los hombros y las caderas.
Asimismo, el porteador mantiene las manos libres para ocuparse de las tareas domésticas, mimar al bebé u ocuparse de un hijo mayor. A menudo, los padres dejan llorar al bebé porque están atendiendo otra urgencia.
Con el porteo, se acabó este dilema ¡y es muy cómodo a la hora de los llantos nocturnos! Hacia los 8-9 meses, cuando llega la angustia de separación, el contacto tranquilizará al bebé.
Por último, es del todo factible una lactancia discreta estando el bebé en el pañuelo.
¿Cómo se instala al niño?
Las posiciones varían en función de la edad y de su desarrollo. Un recién nacido podrá portarse contra uno, cara a cara, en cuna o en hamaca.
A partir de los 4 meses, comienza a despertarse y estará encantado de ir mirando al mundo. Hacia los 8-9 meses, cuando sabe mantener bien la espalda y la cabeza, el porteo sobre la cadera o sobre la espalda, según se prefiera, está bien indicado.
¿Qué diferencias hay con un portababés clásico?
Además de las ventajas ya citadas, el fular portabebés permite un ajuste adaptado a cada uno y a cada circunstancia, mientras que son raros los portabebés que se adaptan verdaderamente a las diversas fisiologías y que sean cómodos tanto para el porteador como para el niño.
Este fular portabebés pude comprarse en algunas tiendas especializadas o encargarlo por Internet. Sin embargo, la solución más económica es fabricarlo una misma o mismo. Un verdadero juego de niños, ¡ya que no se trata de más que de un gran rectángulo de tela!
Sylviane Boudaff
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