Después de varias semanas de confinamiento, empieza poco a poco el reinicio de la actividad en algunos lugares. Las personas retoman el trabajo pero se encuentran en un estado de ansiedad e incertidumbre. En esta frágil situación, solo la oración puede aportar seguridad.
El Viernes Santo, los cristianos conmemoran la crucifixión, la pasión y la muerte de Jesús en la cruz. Recuerdan al Buen Ladrón que clamó a Jesús desde el fondo de su miseria. Depositó su única esperanza en la cruz de Jesús.
Esto es lo que se pide a cada creyente: que deposite su esperanza solamente en la Cruz de Jesús. Por eso, para protegerse de todo mal, conviene rezar a la Cruz de Cristo.
En la tradición litúrgica ortodoxa, cuatro oficios se consagran a la Cruz del Señor durante el año litúrgico. Existe también una larga oración a la Cruz –Que Dios se levante– cuyos orígenes derivan de los salmos del rey David y de la himnografía pascual de la Iglesia de Oriente.
El libro de oraciones ortodoxas aconseja rezar esta oración durante los ataques de enemigos visibles e invisibles, pero también durante situaciones de sufrimiento (epidemias, catástrofes naturales, incendios, inundaciones, etc.).
Algunos han pegado la breve versión oficial de esta oración en la entrada de sus casas y la rezan antes de salir para protegerse de todo mal:
Por la fuerza de Tu santa
y vivificante Cruz,
guárdame, Señor,
y líbrame de todo mal.
Amén

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