Hacer a los niños ciudadanos honestos y buenos cristianos
La pedagogía de Don Bosco integra todas las dimensiones de la personalidad: intelectual, técnica, atlética, expresiva, afectiva, espiritual. Don Bosco quería «hacer ciudadanos honestos y buenos cristianos».
Fomentar la confianza en sí mismo y en los demás
Una pedagogía del éxito: con confianza, subrayar los éxitos y, en caso de fracaso, estimular la capacidad de superarlos.
Restablecer la confianza en uno mismo y en los demás. Decía Don Juan Bosco:
«Sin afecto, no hay confianza, sin confianza, no hay educación».
Hacer que los niños descubran que son amados
Una pedagogía del amor: acoger al joven tal como es y desear su desarrollo, mostrándole un afecto auténtico.
No olvidar el juego y la alegría
El juego promueve, entre otras cosas, el realismo, la observancia de las reglas y la socialización.
«Demos amplia libertad para saltar, correr y gritar de alegría. La gimnasia, la música, el teatro y las excursiones promueven la buena salud, tanto física como moral»
Sobre todo y ante todo una pedagogía de la gracia
Los niños deben ser llevados a vivir por la gracia, hasta la santidad. El éxito educativo es ante todo el fruto del amor gratuito de Dios.
Marie-Christine Lafon