Son las 8:10 a.m. Estoy sentado frente al ordenador. Escribo. Siempre soñé con ser escritor. He regresado de la misa de 7 a.m. Sé que soy descuidado y le pido a Dios que convierta mi trabajo en oración, de esta forma escribo y reflexiono convirtiendo todo en una plegaria grata a Dios.
Hace algunos años, cuando decidí el camino que seguiría, nunca imaginé que hoy estaría frente a un ordenador escribiendo estas líneas para ti. Compartiendo un día de mi vida.
10:00 am Me entretuve un rato leyendo la Regla de san Benito.
Trabajo en casa como escritor católico. Soy muy curioso.
Me preguntas: “¿Se puede vivir de esto?”
Tengo una familia grande, 4 hijos y muchas, muchas deudas. Es casi imposible, pero encontré la forma. He aprendido a confiar, esa es la base de todo. “Dejar a Dios actuar en mi vida. Permitirle que me lleve donde Él desea que vaya”.
¿Y cómo te sostienes?
No sé cómo explicarte esto. Hay que vivirlo:
“Dios siempre provee. Vives de la Providencia y NADA TE FALTA”.
Puedes decirme que es simple casualidad, que esas cosas no ocurren. Acepto tu punto de vista. Pero cuando estas “casualidades” no ocurren una vez ni dos, sino una y otra vez, casi todos los días, durante quince años, te das cuenta que hay algo más, que nos trasciende y que Dios vive en medio de la humanidad velando por nosotros y nuestras necesidades. Es un gran Padre.
¿Recuerdas estas palabras?
“Por tanto, no se preocupen, diciendo: ‘¿Qué comeremos?’ o ‘¿qué beberemos?’ o ‘¿con qué nos vestiremos?’ Porque los Gentiles (los paganos) buscan ansiosamente todas estas cosas; que el Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. Pero busquen primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.(Mt 6, 31)
Esta promesa la leo a menudo, sobre todo cuando estoy en apuros, y la verdad, me cuesta mucho… pero cada vez que estoy en una dificultad (y ocurre con frecuencia) me digo para animarme: “Debes confiar Claudio, confía. Las promesas de la Biblia siempre se cumplen”.
11:00 a.m. Sigo sentado frente al computador.
Llega Vida mi esposa y me dice: “Vamos, hay que cambiar de ambiente”.
Dejo todo y salimos a dar una vuelta en auto, tomo aire fresco y de vuelta a casa, regreso a mi silla, mi escritorio y mi computador.
Escribir suena poético. Yo lo pensé, era un oficio casi mágico. Pero en la vida real es un trabajo un poco solitario, que se compensa con la dulce presencia de Dios.
Como autor católico me obligo a ver el mundo, lo que en él ocurre y a reflexionar sobre nuestra fe, lo que hacemos, y lo que Dios nos pide.
Sé bien que, si pierdo la gracia, lo pierdo todo. Por eso la cuido tanto.
Tengo momentos de oración y procuro conservar la cercanía de Dios. Vivo en familia, y lo disfruto grandemente.
Mi esposa cuida de mí, que soy un despistado y le estoy agradecido.
Hago altos específicos. Cada día tengo 3 salidas que procuro no saltar.
- Visito a Jesús en el sagrario con mi esposa Vida.
- Nos vamos a una cafetería a charlar y disfrutar un delicioso café con unos panecillos o un dulce recién horneado. En ese momento compartimos los momentos gratos de la vida, como esposos.
- Llevo a Vida, a donde quiera ir. Siempre es divertido salir con ella. Te sorprende. Me despeja la mente y me ayuda a tener nuevas ideas para escribir.
¿Qué hora es? He perdido el sentido del tiempo. Acabo de terminar un libro para los papás, esperando que sea “un canto a la vida”y nuestra familia.
Qué sabrosa es la vida. A pesar de las dificultades, vale la pena.
¡Qué bueno eres Señor!
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Estamos celebrando nuestra búsqueda de Dios, mi encuentro con Dios, la decisión de escribir estas vivencias y me pareció simpático volver a publicar este simpático blog para ti que eres tan bondadoso en leer mis escritos. Gracias por tu apoyo. Dios te bendiga.
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Me ilusionaba compartir mi nuevo libro MOMENTOS DE PAZ, contigo que lees mis escritos. Este libro sobre la vida diaria de un monje aplicada a nuestras vidas, es un pequeño MANUAL DE VIDA, con hermosas reflexiones que nos acercan a Dios y nos dan paz. Te va ayudar mucho. ¿Te gustaría darle una mirada? Es muy sencillo.
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Hoy celebramos a...