A mis 62 años, lucho contra el Claudio que soy, aspirando al Claudio que quiero ser para Dios, el Claudio que Él siempre ha esperado de mí.
No siempre he sido el mejor hijo o el más obediente, o aquél, como Job, que acepta en toda su santa voluntad y a pesar de la adversidad, no reclama, no se queja, lo alaba con todo el corazón y le agradece por ser su Padre.
Tengo sed de Dios y no logro aplacarla. ¿Te ha pasado?
Me ocurre con frecuencia. Estoy como hoy escribiéndote estas líneas y de pronto, me llega como una ternura que lo abarca todo, me llena todo. Y sé que es Él diciendo: “Aquí estoy Claudio. Ten fe. Confía. No te desanimes porque YO estoy contigo”.
Por eso lo busco, en cada rincón del mundo, en cada persona, en la naturaleza, en una biblioteca, en largas filas de un banco, en el auto rápido, en el supermercado, y hasta en la oscuridad del cine mientras pasan una película. Dios está en todas partes con nosotros.
“…pues en él vivimos, nos movemos y existimos”. (Hecho 17, 28)
Anhelo su presencia para experimentar su Amor. Por eso escribo tantos libros. Todos parecen decir lo mismo: «No temas. Somos Hijos de Dios y Él nos ama».
¿Sabes dónde encuentro mis respuestas? Como muchos, a veces me lleno de inquietudes y necesito saber, comprender. Es en esos momentos de fuertes reflexiones y dudas, cuando acudo al sagrario, con Jesús y a las Sagradas Escrituras.
Los entendidos nos dicen que cuando leemos la Biblia, «Dios nos habla».Me ha pasado innumerables veces que allí, en algún versículo, encuentro mi respuesta, como ésta:
“Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.” (Juan 14, 23)
“Señor, haz morada en mí, aunque no sea digno de ti”, le imploro con frecuencia.
Quiero tener a Dios en el corazón, eso me basta. Eso me hace feliz. Es como decía santa Teresa de Jesús: “Sólo Dios basta”.
Pienso en Dios y comprendo, «somos amados». Dios nos ama. Por eso le duelen tanto nuestros pecados y ofensas, por eso nos llama siempre al amor y la santidad.
“¿No saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que han recibido de Dios y que está en ustedes?” (1 carta a los Corintios 6, 19)
¡Cuánto me faltan la templanza y la vida interior!
Dios habita en mí, a pesar de mis desplantes y pecados. Es un padre amoroso, lleno de ternura.
¿Sabes qué es lo que más impresiona de Dios? Que, a Él, TODOPODEROSO, a pesar de lo que somos, podemos llevarlo en nuestro corazón.
¡Qué bueno eres Señor!
…………
¿Conoces el libro «EL SAGRARIO»? Lo escribí para ayudarte en tus visitas a Jesús en el sagrario, para que puedas conocerlo y amarlo más. Me ilusiona que lo conozcas y lo visites a diario. Y le digas que le quieres, una y otra vez.
Él te va a ayudar. Te lo aseguro. Anda a visitarlo.

“EL SAGRARIO” es un clásico de espiritualidad que «ENCIENDE los CORAZONES» en amor a Jesús Sacramentado. Escrito por nuestro autor Claudio de Castro
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