Si pudieras ver con los ojos del alma a Jesús Sacramentado en el sagrario jamás querrías abandonarlo, alejarte de su presencia. Podrías verlo en toda su majestad y gloria.
Él busca adoradores, almas eucarísticas que lo amen y sean un reflejo de su inmenso amor. Que lo consuelen ante tanto desamor.
Esta mañana me encontré con una lectora que me pedía uno de mis libros, y no podía encontrarlo. Lo primero que me dijo cuando me vio fue: “Le dejé sus saludos a Jesús en el sagrario”. No imaginas lo feliz que me sentí. Por la tarde me telefoneó la dulce ancianita que a veces me llama y me cuenta lo que sufre por su edad y soledad, por sentirse enferma y abandonada.
Siempre termina diciendo:“Sabe don Claudio, le ofrezco todo a Jesús en el sagrario. Le hablo de usted y le dejo sus saludos. Jesús es mi amigo. Cuando estoy en su presencia me siento acompañada, amada, útil. Sé que valgo, aunque el mundo no lo vea. Y que aún puedo hacer algo importante con mis oraciones y ofrecimientos por la humanidad y los pecadores”.
Nunca deja de sorprenderme tanto amor.
Me hizo recordar el día que me senté frente al ordenador y al terminar un escrito para Aleteia se me ocurrió hacer esta petición:
“Cuando vayas al sagrario, por favor dile a Jesús… Claudio te manda saludos”.
Nunca imaginé la respuesta que esto tendría. A las semanas empecé a recibir emails de todas partes y rincones del mundo.
― Le escribo desde África. Acabo de dejarle a Jesús en el sagrario sus saludos don Claudio.
―Me encuentro en Tierra Santa y me acordé de usted. Por la tarde iré a una capilla para dejar sus saludos Jesús en el sagrario.
― Vivo en Ecuador, en un pueblito montañoso. Acabo de hablar con Jesús en el sagrario y le dejé sus saludos.
― Desde Sevilla, en la catedral, le dejamos sus saludos a Jesús don Claudio.
A la fecha seguimos sorprendiendo a Jesús, arrebatándole una sonrisa con estos saludos.
Fui a verlo en una capilla cercana. Es como si sonriera y me dijera:
―Me llegan tus saludos. No imaginas lo feliz que me hacen las personas cuando me visitan y se quedan conmigo un rato y me cuentan sus vidas.
Estamos en vísperas de la Navidad. Por favor ve y visítalo. Estoy seguro que alguna capilla debe existir cerca de tu casa.
No le dejes solo. Un sagrario abandonado es la mayor tragedia que podemos imaginar. Y cuando estés en su presencia dile que lo amas. No te canses de decirle cuánto lo amas.
¿Puedo pedirle un favor? Cuando llegues dile: “Jesús, Claudio te manda saludos.”
¡Dios te bendiga!
………………
Queremos sugerirte un libro “imprescindible”, que te ayudará en tus visitas al Santísimo. El libro del que todos hablan.
Ya está disponible y puedes tenerlo: “EL SAGRARIO” Es un clásico de espiritualidad que ENCIENDE los CORAZONES en amor a Jesús Sacramentado. Escrito por nuestro autor Claudio de Castro
Te mostramos cómo adquirirlo. Es muy sencillo.
Si vives en Latinoamerica o Estado Unidos Haz “CLIC” aquí.