La Cuaresma está llegando a su fin.
No olvides a Aleteia en tu ofrenda cuaresmal
para que brille la esperanza cristiana.
¡Apoya a Aleteia!
Hay días especiales en los que puedes experimentar la dulce presencia de Dios en tu vida.A mis 58 años hablo de Dios cada vez que puedo. Visito emisoras de radio, publico artículos, escribo libros.
Dios ha impactado mi vida y no encuentro cómo agradecerle más que compartiendo mis aventuras con Él.
Recibo casi a diario emails con testimonios de personas que de una forma u otra han sido tocadas por la gracia. Sus vidas nunca serán las mismas.
Me han llamado en todas las formas que puedas imaginar: “Bicho raro”, “tonto”, “ingenuo”… No me molesto ya por esos detalles.
“No saben”, me digo, “no lo buscan. ¿Cómo amar a Aquél, al que no conocen?»
Para amar a Dios debes conocerlo, experimentar su presencia y para conocerlo necesitas salir en su búsqueda.
He aprendido algo importante de la parábola del hijo pródigo. Seguro la has escuchado. Un hombre tenía dos hijos. El menor le pidió su herencia, se marchó, la desperdició y regresó arrepentido.
“…Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó”. (Lc 15, 20)
Esto es lo que hace Dios con nosotros. Cuando das el primer paso corre hacia ti movido por la misericordia,para abrazarte y llenarte gracias.
Me han preguntado cómo es esto posible. Muy sencillo: Dios es amor. Su amor lo mueve a amar. Es su naturaleza. Por eso perdona y es compasivo.
Mientras te escribo siento la dulce presencia de Dios. Es un sentimiento tan fuerte que se te desborda del alma. No lo puedes contener.
¡Dios mío!
Te inunda súbitamente una alegría, un gozo indescriptible, sobrenatural.
Quisieras abrazarlos a todos amarlos a todos.
La vida de pronto cobra un nuevo significado, un sentido de eternidad.
Te das cuenta del Amor inmenso que Dios siente por ti.
Sí, Dios te ama.
Y tal vez escribo estas palabras sólo para recordarte hoy esas maravillas:
«Eres especial para Dios. Eres quien despierta su ternura. Sus complacencias».
Y no importa nada de lo que hayas hecho en el pasado, ni lo que otros puedan decirte…
Él está dispuesto a perdonártelo TODO».
Una buena confesión sacramental CON UN SACERDOTE pondrá tu vida al día. Podrás recuperar la gracia y la amistad con Dios.
Te lo aseguro. Algo maravilloso esta por ocurrir en tu vida
Descubrirás que eres capaz de amar y perdonar.
…………………
«Señor, dame la paz que necesito,
ayúdame a ser misericordioso y justo.
Enséñame el amor perfecto,
que nos permite amar sin medida.»
………..
Te invitamos a leer estas hermosas reflexiones que seguro te ayudarán: