Esta mañana sentí la necesidad de visitar a Jesús en el SAGRARIO. Me ha pasado en varias ocasiones que me encuentro ocupado y de pronto siento en el corazón como una voz, un llamado: “Ven a verme Claudio”, Debo reconocer que al principio no le hago caso. Estoy tan lleno de ocupaciones. Pero insiste y lo dejo todo “Está bien, Señor, ya voy para allá”. Y cuando llego descubro el motivo: “Se encontraba solo”.
Hay una bella capilla a la vuelta de mi casa, en el Arzobispado. He aprendido que debemos ser dóciles a las inspiraciones del Espíritu Santo. Ante su insistencia no lo pensé dos veces y vine para acá. Aquí estoy ahora mientras te escribo, acompañando a Jesús Sacramentando.
Me gusta mucho venir. A veces como hoy, le encuentro solo y hago pequeñas locuras de amor: “le canto”. Es lo que hice hace unos momentos. Le canté está bella canción de la infancia, cuando nos enseñaron a amarlo y respetarlo.
Cantemos al Amor de los Amores
cantemos al Señor,
Dios está aquí, ¡venid adoradores,
adoremos, a Cristo Redentor!
¡Gloria a Cristo Jesús,
cielos y tierra, bendecid al señor
honor y gloria a Ti, rey de la gloria
amor por siempre a Ti,
Dios del Amor!
De pronto le sentí tan solo. Quise consolarlo y seguí cantando. Era como si nos dijera a todos:
“Ven a verme aquí estoy, para ti y por ti. No tengo necesidad de quedarme aquí pero el amor me mueve a estar contigo, hasta el fin de los tiempos. No me dejes solo, me hacen falta tus palabras, tus bellos gestos de amor. No pases de largo, entra a verme. Aquí estoy”.
Le respondí: “Aquí estoy Jesús, no te sientas solo. He venido por ti para estar contigo. Perdona nuestras indiferencias y lo poco que te amamos. Los ultrajes, nuestros muchos pecados… Perdona Señor”.
Me quedé viéndolo un buen rato en silencio. Me encanta guardar silencio porque lo escucho en mi interior. Percibo su amor infinito. Es una experiencia maravillosa. Jesús y tú. Todo lo demás sobra en ese momento.
¿Qué tengo que hacer cuando visito a Jesús en el Sagrario? Pues lo mismo que haces cuando visitas a un gran amigo. Le haces compañía, compartes con él, le platicas tus cosas, le pides consejo.
Otras veces cuando visitas a Jesús en el Sagrario lo único que tienes que hacer es estar con Él, acompañarlo, que no se sienta solo. Es muy triste un Sagrario abandonado, donde pasan los días y nadie visita a Jesús. A mí me encanta visitarlo y le digo que le quiero.
Amable lector ¿puedo pedirte un favor? Ya sabes que me gusta sorprenderlo. Cuando visites a Jesús en el sagrario dile: “Claudio te manda saludos”.
¡Dios te bendiga!
…………..
¿Conoces el libro “EL SAGRARIO”? Lo escribí para ayudarte en tus visitas a Jesús en el sagrario, para que puedas conocerlo y amarlo más. Me ilusiona que lo conozcas y lo visites a diario. Y le digas que le quieres.
Él te va a ayudar. Anda a visitarlo.
“EL SAGRARIO” es un clásico de espiritualidad que “ENCIENDE los CORAZONES” en amor a Jesús Sacramentado. Escrito por nuestro autor Claudio de Castro
Te mostramos cómo adquirirlo. Es muy sencillo.
Si vives en Latinoamerica o Estado Unidos Haz “CLIC” aquí.