Cinco largos e interminables meses hemos pasado los panameños, ansiosos de recibir a Jesús Sacramentado, de visitarlo y acompañarlo en los sagrarios. Hoy por fin un poco de luz. La oficina de prensa de la Arquidiócesis de Panamá anuncia la reapertura parcial de sus templos a partir del lunes 17 de agosto.
Aquí puedes leer EL COMUNICADO COMPLETO.
El ser humano es cuerpo y espíritu. Siempre nos llamó la atención que el gobierno de Panamá permitiera que abrieran los supermercados para la adquisición del necesario alimento físico, pero dejara cerrados los templos donde recibimos el alimento espiritual, que tanto necesitamos para fortalecernos. Ha sido un período muy triste en nuestra historia como país.
Anhelamos recibir a Jesús. Tenemos hambre y sed de Dios.
¿Qué significa esto para los panameños?
Hemos vivido encerrados en medio de grandes incertidumbres, viendo la Misa por Internet, orando, haciendo comuniones espirituales, sedientos y hambrientos de recibir a Jesús en la comunión sacramental, tener la posibilidad de acercarnos con humildad al sacramento de la reconciliación.
Han sido cinco largos meses de ayuno espiritual, en los que hemos reflexionado mucho y valorado lo que realmente importa en esta vida.
Sabemos que con la Comunión espiritual recibimos gracias abundantes, pero nada se compara con poder recibir a Jesús Eucaristía, contemplarlo y adorarlo en una Hora Santa, estar frente a Él, saber que me mira y me escucha y que yo puedo mirarlo y experimentar su dulce presencia.
He salido muy poco en esta cuarentena para evitar exponerme por mi edad, y mi familia.
Sin embargo, era inevitable para mi, pasar frente a una iglesia, acostumbrado a visitar a Jesús en el sagrario, orar con El, bromear con Él, tener largas charlas. Ver la iglesia cerrada, imposibilitado de acompañarlo, estar con Él… aquello era una tragedia.
Hice un par de vídeos de esos momentos, para compartirlos contigo. Te dejo uno para que le des una mirada.
https://www.youtube.com/watch?v=7STaCRxoyJw&t=57s
¿Serías tan amable de rezar por mi país, por nuestra Iglesia y sacerdotes? Por la pronta apertura total de nuestros templos, donde podemos acudir a sanar las heridas el alma, fortalecer nuestra fe y renovar nuestras vidas.
¡Dios te bendiga!
…………………………
.