La Cuaresma está llegando a su fin.
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No me canso de repetirlo. Toda mi vida ha girado en torno al sagrario.
Aprendí a reconocer su presencia gracias a las enseñanzas de unas dulces monjitas franciscanas en el Colegio Paulino de san José, en Colón, Panamá.
He recibido gracias innumerables, he visto lo que ocurre cuando una persona pasa un rato con Jesús. Nunca vuelve a ser el mismo. Por eso suelo invitar a todo el que pueda para que visite a Jesús.
“¿Y dónde lo encuentro?”, me preguntan.
“En muchos lugares”, respondo. “En el pobre que te pide una migaja de pan, en los que sufren… Y sobre todo oculto en los sagrarios del mundo”.
En el sagrario he encontrado las respuestas a todas mis inquietudes. Con la experiencia y las vivencias que he tenido, no dudo en recomendarte que visites a Jesús en el sagrario.
En mi vida, ¿quién hace las mejores cosas? Lo digo con emoción: “Es Él. Es Jesús”.
He confiado desde niño porque me ha enseñado a confiar.
Cuando estoy con Jesús todo sale bien.
Cuando trato por mis propios medios, me va mal. Es impresionante.
A mi edad no puedo darme el lujo de probar qué funciona y qué no. Sencillamente transito un camino seguro. ¿Cuál es ese camino? ¿Dónde lo encuentro? Es muy sencillo.
“Y adonde yo voy sabéis el camino.” Le dice Tomás: “Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?” Le dice Jesús: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.” (Jn 14, 4-6)
Él es el Camino. Y es el que quiero tomar.
Como somos pecadores, suelo salirme del camino, entro en veredas que no debo… y siempre viene Jesús al encuentro, me tiende la mano y me invita:
“Ven Claudio, te estoy esperando”.
Regreso cabizbajo, me confieso con un sacerdote y siento el abrazo de Jesús quien me anima a continuar.
Es maravilloso vivir con Jesús en medio. En tu trabajo, tu familia, y los eventos cotidianos de cada día.
Haz la prueba. ¡Vale la pena!
Te invito a ver el fragmento de una simpática entrevista que nos hizo el padre Teófilo Rodríguez en su programa de TV “Kerigma de Amor”. Conocerás mis dudas, mis inquietudes y mis aventuras con Jesús en el sagrario.
¿Puedo pedirte un favor?
Cuando visites a Jesús en el sagrario dile: «Claudio te manda saludos».
¡Dios te bendiga!