A principios de este año te contaba que iba a recomendarte algunos libros de espiritualidad que a mi me habían ayudado muchísimo en mi búsqueda de Dios. Sobre todo, uno que muchos católicos (me incluyo en esa lista) leemos poco: “La santa Biblia”.
Creo que una vez te conté sobre este compañero del colegio que enfermó de una mortal enfermedad. Era medico y se contagió con un paciente. Cuando me enteré hablé con su esposa para evaluar la posibilidad de visitarlo, acompañarlo, llevarle una voz de aliento.
No quería que nadie lo visitara y viera las condiciones en que estaba. Entonces se me ocurrió escribirle, enviarle cartas. Las aceptó. En ellas bromeaba, le contaba chistes, hablaba de los buenos momentos que pasamos en el colegio, le recordaba a los otros compañeros del salón. Y un día le mencioné la Biblia. “¿Por qué no la lees? Capaz que te ayuda a pasar más sereno”.
Le ofrecí enviarle una con su esposa. A los días me escribió contándome algo sorprendente. Guardo esa carta como un tesoro. “Gracias Claudio. Tengo una Biblia, y es la que me consuela de mis sufrimientos por esta terrible enfermedad. Curiosamente es la Biblia que me obsequiaron cuando me gradúe del colegio y la tuve guardada en un cajón todos estos años, hasta ahora que enfermé. La leo y me recuerda que Dios me ama, que no estoy solo”.
Mi primera recomendación para que leas en noviembre, es la Santa Biblia. Seguro la tienes en algún rincón de tu casa. Desempólvala, reza, pide a Dios su santo Espíritu y lee. Te vas a sorprender.
Mientras lees tu Biblia, busca en alguna librería católica libros sobre las vidas de los santos. ¿Por qué? Porque descubres personas normales como nosotros, que se esforzaron en el amor y Dios los bendijo con innumerables gracias.
El primero que debes leer es:
“Historia de un Alma” que es la maravillosa autobiografía de Teresa de Lisieux. Lo escribió a petición de su hermana que era la priora del convento. Es un libro que ha iluminado al mundo.
Luego puedes continuar con:
“Confesiones” de san Agustín.
La Biografía de san Juan Bosco que él mismo escribió. Los libros de Don Bosco son sencillos, pero penetran el alma y son de gran ayuda espiritual.
Y el “Diario” de santa Faustina Kowalska. Un libro extraordinario.
Puedes sumar
“La Imitación de Cristo” de Tomás de Kempis
y la “Regla” de san Benito.
Decía don Bosco que nada hace tanto bien al alma como la lectura de un buen libro de espiritualidad.
Espero que puedas conseguirlos, créeme, no te vas a arrepentir de leerlos. ¡Son estupendos!
¡Dios te bendiga!
Hoy celebramos a...