Desde que escribo estos artículos en el blog de Aleteia, me llegan correos de diferentes países con todo tipo de inquietudes. Te sorprenderías. Algunas veces, para contarme experiencias maravillosas de vida. Otros, me preguntan qué deben hacer para publicar un libro en el camino de la fe.
Últimamente he recibido algunos testimonios que me han conmovido profundamente y no he podido dejar de solidarizarme con estas bellas personas que sufren.
El dolor confunde y en ocasiones no te permite encontrar una salida. Vivimos enredados. Y no sabemos a qué aferrarnos.
Hace unas semanas una lectora me escribió un email preguntando qué hacer, cómo restaurar su vida ante el sufrimiento que experimentaba a diario. Sentía que estaba hecha pedazos y no encontraba sentido a lo que hacía. Es terrible este sentimiento de impotencia ante la injusticia, porque te lleva al desgano por la vida.
¿Qué hacer en un momento así?
Suelo sugerir que vayan al sagrario, donde está Jesús.
“Habla con jesús, cuéntale todo y confía”.
Él tiene las respuestas. Lo sé por experiencia propia. Está pendiente hasta de los detalles más pequeños. Le encanta saber que lo queremos. Por eso a menudo llego a verlo sólo para decirle:
“Gracias por quedarte en el sagrario para nosotros”.
Me encanta pedirle favores especiales para ustedes que me escriben y también le pido por mi familia, los sacerdotes…
En cierta ocasión lo fui a ver para contarle que necesitaba US$500.00 para abonar unas portadas nuevas. Por la noche me escriben de la editorial Paulinas en Brasil. Querían publicar un libro mío, “El camino del Perdón”, traducido al portugués. Preguntaba si podían enviarme al día siguiente los derechos de autor. Eran US$500.00
Algunos me dicen que van constantemente al sagrario y sienten que Él no los escucha. “¿Qué debo hacer para que Jesús escuche mis inquietudes?”, me dicen. Cuando recibí aquel correo preguntándome cómo restaurar su vida, me dejó una inquietud muy honda.
La vida es un don que se nos da, y debemos vivir a plenitud, a pesar de la adversidad.
Me senté frente al ordenador y recordé aquellos momentos difíciles que han marcado mi vida. ¿Cómo salí adelante? ¿Qué hice para conseguirlo?
Empecé a escribir y cuando me di cuenta convertí esas palabras en un pequeño libro:
……………………..
Puedes adquirir este bellísimo libro impreso desde cualquier país.