De pronto en muchos medios católicos se habla del santo Rosario, una de las formas más bellas de piedad popular, que ha estado al alcance de todos. Es una oración sencilla que podemos hacer solos, acompañados y nos ayuda a reflexionar en el Evangelio.
En cada misterio meditamos pasajes de la vida de Jesús que están en la Biblia. Por tanto, es una oración Cristo céntrica, es Bíblica (está más que demostrado) y además, un refugio espiritual para el alma afligida.
Leí que San Carlos Borromeo, rezaba todos los días con especial devoción su rosario y decía a los sacerdotes: “Les pido que en la confesión recomienden mucho el rezo del santo rosario”.
Es la oración predilecta de muchos santos de nuestra Iglesia. Santa Margarita María de Alacoque rezaba de rodillas el rosario completo. San Francisco de Sales decía: “Rezar mi rosario es mi más dulce ocupación y una verdadera alegría, porque sé que mientras lo rezo estoy hablando con la más amable y generosa de las madres”.
Los ejemplos de piedad santa, conversiones y sanaciones, con el rezo del Rosario abundan.
A mí me gusta mucho rezar el Rosario. Sé que no soy santo y que el trayecto es espinoso y largo, pero el rezo del Rosario me ayuda a conservar la esperanza y la mirada en la meta.
Aprendí de mi abuela y mi mamá. Creo que la mayoría de nosotros aprendió a rezarlo de manos de sus abuelitas. Mi dulce abuela “Mamita”, en san José, Costa Rica, cada tarde se sentaba en su cama, en el segundo alto de la casa de madera para rezar el Rosario. Al terminar bajaba para tomar café y comer panecillos calientes con mermelada casera, con la familia reunida.
Su testimonio y perseverancia en esta hermosa devoción me mostraron el camino. Ahora, cuando tengo dificultades rezar el Rosario me restaura la paz, la serenidad y me ayuda a pensar con claridad y encontrar soluciones.
El 13 de mayo de 1917 la Virgen en Fátima les dice a tres pequeños pastores, Jacinta, Lucía y Francisco: “Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra”.
Jacinta le pregunta si Francisco irá al cielo y responde: “También irá, pero tiene que rezar antes muchos rosarios”.
Luego les dijo entristecida: “Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, porque muchas almas van al infierno por no tener quién se sacrifique y rece por ellas”.
¿Qué hay en el rezo del santo Rosario que nos trae tantas gracias del cielo? ¿Por qué con su rezo se detienen guerras y hasta ha salvado vidas humanas como en el conocido caso del “Milagro de Hiroshima”? Debes descubrirlo por ti mismo.
Reza el Rosario,hoy más que nunca, cuando el mundo está sediento de Dios y necesitado de tus oraciones.
Católicos del mundo, unido en la oración pidiendo a Dios misericordia. ¿Te animas?
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