En este momento escucho música por Internet.
Sé que usas la red del Internet a diario, como yo y millones de usuarios en todo el planeta. Hemos descubierto una herramienta valiosa que nos facilita la vida. Puedes entrar en una Biblioteca y darte gusto leyendo libros estupendos. Comunicarte con amigos, clientes y familiares. Ver películas. Trabajar.
Casi no existen los límites.
Como todo en esta vida, no es algo perfecto.
También encontrarás solicitudes, que normalmente no te ponen alerta...Son mensajes de doble fondo, que te llegan al corazón. Empiezan con un «comparte si…»
Me di cuenta que los aprovechan para obtener miles de «likes» (me gusta) a un bajo costo. Parecen una estrategia de mercadeo con efecto multiplicador. Comencé a seguirles el rastro por curiosidad. ¿Quiénes son? ¿Quiénes están detrás de esto? ¿Por qué hacen esto? Sus mensajes son variados y a menudo promueven la superstición. Sutilmente te encadenan al miedo y te hacen desconfiar de Dios.
«Seguro no crees en mí, por eso no me darás like».
«Si me compartes recibirás una bendición».
¿Te han llegado alguna vez?
He visto cómo miles de personas dan «likes» sin detenerse a ver quién está detrás de estos mensajes, sin tener precaución, antes de hacerlo.
Por fin algunos usuarios empezaron a diseñar mensajes diferentes, optimistas, que inmediatamente eran compartidos.
En estos días me enviaron uno que me sorprendió.
Decía:
«LA OSCURIDAD NO SE COMBATE. SE ILUMINA».
¡Qué maravilla! Me quedé un rato reflexionando en ello. Fue lo que hizo san Francisco de Asís en su tiempo. Nunca criticó ni atacó a nadie. Decidió hacer lo que Dios le pedía: y vivió el Evangelio en su radicalidad.
Imagina si pudiéramos llenar este mundo de Dios y de bondad.
«Dios es Luz, en él no hay tiniebla alguna». (1 Juan 1, 5)
Y confiar en Dios, dejar que actué en nuestras vidas, y compartir nuestras vivencias.
A veces un simple acto de bondad lo cambia todo.
«¿Y yo que puedo hacer?», me preguntas.
La respuesta siempre ha estado frente a nosotros…
“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos. (Mateo 5, 14- 15)
Podemos ser luz para los demás. Aunque cueste, aunque a veces nos parezca imposible.
………….
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