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Creo que te lo he comentado, vivo a pocas cuadras de donde se realizan la mayoría de las actividades de la JMJ. Esto me permite un privilegio: ser testigo de primera mano de cientos de hechos importantes y a veces curiosos que están ocurriendo en Panamá.
Esta mañana encontré de nuevo al musulmán que tiene su empresa a la vuelta mi casa. Desde que inició la JMJ se sienta afuera del negocio, bajo el sol del verano, con una nevera enorme llena de hielo y botellas con agua pura, regalando agua fresca a todo el que pasa, sean Peregrinos o panameños, algo digno y noble.
Hice un vídeo sobre este gesto y lo subí a las redes. Empieza a viralizarse con más de 200,000 visitas y cientos de comentarios sobre la fraternidad, recordando que todos somos hermanos, hijos de un mismo Dios.
Si no lo has visto, éste es el video.
Un sobrino que es voluntario de la JMJ llegó a nuestra casa, iba al parque Omar, donde están los 250 confesionarios y la Feria Vocacional.
Vida, mi esposa y yo, decidimos acompañarlo. No te imaginas cómo los eventos de la JMJ te reaniman, y te contagian de una alegría indescriptible.
Faltan las palabras para describir lo que estamos viviendo en estos días con la presencia del Papa Francisco y los miles de peregrinos que caminan llenos de entusiasmo las avenidas, cantando, bailando, rezando, tocando guitarras, saludando entre sí, abrazando a peregrinos de otros países, intercambiando obsequios.
En el parque de la Juventud grabe un video para que veas el ambiente que se vive en la JMJ de Panamá.
Antes de llegar al parque de la Juventud, ocurrió algo que me ha impresionado. Íbamos en auto hacia el parque, porque el calor del medio día era sofocante. Cientos de peregrinos van caminado con paso rápido, portando banderas de diferentes países.
De pronto divisamos a un fraile en su grueso sayal franciscano. Se le notaba agotado, con el rostro colorado por el sol inclemente. Sentí una profunda compasión al verlo en ese estado. Me detuve un instante, me bajé del carro, me acerqué a él y le dile:
―Buenos días padre. Vamos hacia el parque de la Juventud.
―También yo ― respondió con una sonrisa.
―¿Desea que lo llevemos? No tomará más de 15 minutos llegar en auto.
Señaló un grupo de unos 30 jóvenes peregrinos que venían a corta distancia caminando y cantando.
―Vienen conmigo. Son mis peregrinos. Si me marcho con ustedes, los abandono y daría un mal ejemplo. Prefiero caminar. Gracias por su gentil ofrecimiento.
Le obsequié una botella con agua fresca para que se hidratara y nos despedimos con un cordial “Paz y Bien”.
Me ha dejado una enseñanza de humildad y fraternidad. En las condiciones que lo vi sé que esta caminata será un sacrificio para él, y aun así, no dudó en rechazar nuestra ayuda para poder seguir al lado del rebaño que le fue confiado. Así son los buenos pastores que cuidan sus ovejas. Nunca las abandonan.
Qué bueno es Dios que nos da la oportunidad de tener estas vivencias maravillosas que nos ayudan a crecer en la fe y tener esperanza.
Por favor, no dejes de rezar por la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá. Necesitamos de tus oraciones. Grandes cosas surgirán de esta JMJ, te lo aseguro.
Y por favor, saluda de mi parte a Jesús en el sagrario.
¡Dios te bendiga!
………….
Te invitamos a adquirir como recuerdo de esta JMJ en Panamá algunos de los libros de nuestro autor panameño Claudio de Castro, sobre este maravilloso encuentro.
Es muy sencillo hacerlo. ¿Te gustaría darles una mirada?
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