¿Rezas el Rosario en casa? El santo Rosario de alguna forma me recuerda mi infancia en la bella Costa Rica. Pasábamos los veranos en casa de nuestra abuela. Los que han tenido oportunidad de pasar una temporada con sus abuelos podrán comprender estos imborrables recuerdos.
Cada tarde mi abuelita solía rezar el Rosario en su cuarto, antes de bajar a tomar el café y comer panecillos calientes con mermelada casera en la unión familiar.
Mi primer recuerdo del Rosario está íntimamente ligado a mi abuelita, tal vez por eso es una devoción mariana que tanto aprecio. Sé también que a la Virgen le complace cuando con fervor lo rezamos porque nos ayuda a seguir los pasos de su hijo Jesús a través del Evangelio.
Rezar el Rosario es como ver en una película la vida de Jesús, desde la anunciación, su nacimiento, su muerte en la cruz, su resurrección.
En el libro extraordinario: “EL SECRETO ADMIRABLE DEL SANTÍSIMO ROSARIO PARA CONVERTIRSE Y SALVARSE” (debes leerlo, es un libro extraordinario) escrito por San Luis MaríaGrignion deMontfort se cuenta una historia sorprendente que siempre me ha impresionado. Quisiera compartirla con ustedes, es muy edificante.
“Alfonso, rey de León y de Galicia, deseando que todos sus criados honraran a la Santísima Virgen con el Rosario, resolvió, para animarlos con su ejemplo, llevar ostensible un rosario. Bastó esto para obligar a toda la corte a rezarlo devotamente. El rey cayó enfermo de gravedad. Ya le creían muerto cuando arrebatado en espíritu ante el tribunal de Jesucristo, vio a los demonios que le acusaban de todos los crímenes que había cometido.
Cuando el divino Juez lo iba ya a condenar a las penas eternas, intervino en favor suyo la Santísima Virgen. Trajeron, entonces, una balanza: en un platillo de la misma colocaron los pecados del rey. La Santísima Virgen colocó en el otro lado el Rosario que Alfonso había llevado para honrarla y los que, gracias a su ejemplo, habían recitado otras personas. Esto pesó más que los pecados del rey.
La Virgen le dijo luego, mirándole benignamente: “Para recompensarte por el pequeño servicio que me hiciste al llevar mi Rosario, te he alcanzado de mi Hijo la prolongación de tu vida por algunos años. ¡Empléalos bien y haz penitencia!”.
Volviendo en sí el rey exclamó: “¡Oh bendito Rosario de la Santísima Virgen, que me libró de la condenación eterna!”
Cuántos misterios maravillosos guarda el santo Rosario.
Rezalo en familia, en el auto, en la fila del banco, mientras caminas por un parque. Hay tantas ocasiones para rezar y ponernos bajo la protección de nuestra Madre celestial.
¡Ánimo! Dios va contigo. Todo pasa. Esto que hoy te inquieta, también pasará.
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¿Conoces el libro “EL SAGRARIO”? Lo escribí para ayudarte en tus visitas a Jesús en el sagrario, para que puedas conocerlo y amarlo más. Me ilusiona que lo conozcas y lo visites a diario. Y le digas que le quieres, una y otra vez.
Él te va a ayudar. Te lo aseguro. Anda a visitarlo.
“EL SAGRARIO” es un clásico de espiritualidad que “ENCIENDE los CORAZONES” en amor a Jesús Sacramentado. Escrito por nuestro autor Claudio de Castro
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