La Cuaresma está llegando a su fin.
No olvides a Aleteia en tu ofrenda cuaresmal
para que brille la esperanza cristiana.
¡Apoya a Aleteia!
¿Qué ocurriría si supieras el día y la hora en que cambiará tu vida? ¿Harías algo diferente?El 3 de julio de 2016 a las 12:01 a.m. cambiará la mía. Ese día cumplo 59. Apenas me lo creo. Me miro en el espejo y me pregunto en qué momento se pasaron los años. Cada año para estos días, hacía un alto y revisaba mi vida. Pensaba en lo que había logrado y los sueños que me restaban por conquistar. Cada año tomaba una palabra de vida, por ejemplo: “Confiar”. La grababa en mi corazón y los días siguientes trataba de aprender a confiar en Dios y aceptar su voluntad. Debo ver a Jesús agradecido por todo lo que ha hecho conmigo.A partir del 2000 ocurrió algo diferente. Estaba en misa reflexionando, a punto de contarle al buen Jesús lo que había decidido para ese año en particular; cuando sentí en lo más hondo de mi alma esta palabra: “Abandono”.“Señor”, me quejé, “yo estaba por decir: “oración”. ¡Me lo has cambiado todo! Y otra vez aquella palabra que presagiaba momentos a los que temía. Como lo sospeché, fue un año muy difícil. Ahhh, es lo que llaman: “la poda del buen jardinero”. Tú eres el arbusto y Dios, el jardinero experto que poda tus ramas, para fortalecer tu fe. Es algo que nunca me ha agradado. Pero lo acepto. Él sabe lo que es mejor para mí. A partir de ese momento, cada año fue diferente. Algo inesperado ocurría. Y yo, siempre respondía: “Lo que Tú quiera, como Tú lo quieras, cuando Tú lo quieras”. Creo que se tomó muy a pecho mis palabras. ¡Siempre hablo de más! A estas alturas, miro hacia atrás y me doy cuenta que ha sido lo mejor que pudo ocurrirme. Me ha llevado del abandono, a la humildad; del perdón a la alegría, y por último la confianza… No te imaginas cuánto me costó salir adelante ese año de la humildad. Constantemente enfrenté retos que estaban por encima de mis fuerzas. Y todavía me ocurre. Y cuando me pasa pienso en sus palabras: “Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio”. (Mt 11, 29) Para este año que viene no tengo idea qué sorpresas me tendrá. Sólo sé que el 3 de julio cambiará nuevamente mi vida y tendré otra gran aventura con Dios.¡Gracias Padre Celestial, por amarnos tanto!…………………….Me encantaría un regalo de cumpleaños muy especial. Reza por mí, «por ti» y por nuestras familias. ¡Dios te bendiga y gracias!