Hoy me ha vuelto a llamar. Creo que te lo he comentado. Es una dulce ancianita que sufre por su edad, las enfermedades, la soledad, el sentirse rechazada. La primera vez que me telefoneó me contó cuánto sufría. Nunca he sido bueno dando consejos. Sólo pensé en Jesús Sacramentado y le sugerí que le hiciera una visita en el sagrario, que hablara con Él y le contara todo.
“Jesús en el sagrario siempre escucha”, le dije. “Le encanta que lo visitemos y nos llena de gracias especiales, nos consuela y siempre da respuesta a nuestras inquietudes”.
Si las personas supieran esto, cuánta paz tendrían en sus vidas agitadas. He visto milagros patentes, que sorprenden y te llenan de esperanza.
Esta señora que una vez me telefoneó cargando una vida de dolor y desesperanza fue al sagrario y habló con Jesús.
Se quedó una hora acompañándolo.
“Noté que a medida que pasaban los minutos empezaba a experimentar una gran paz”, me dijo.
Escuchándola comprendí aquellas palabras maravillosas de Jesús: “Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde.” (Juan 14, 27) Y me di cuenta que todo es verdad.
Su paz es incomparable y no es de este mundo. Es una paz perfecta, que te llena todo y te da el coraje de seguir adelante con la vida, de no rendirte ante la adversidad y los problemas.
“Si las personas supieran”, pensé. Es por eso que escribo tanto sobre Jesús en el sagrario. Allí he descubierto un oasis de paz, y la presencia de mi mejor amigo de la infancia, el buen Jesús Sacramentado.
“Ahora voy al sagrario con regularidad”, me dice ilusionada. Su voz ha cambiado, se nota en ella algo diferente. “Sé que Jesús me ama, me lo ha demostrado. Me llena de paz y eso se lo agradezco. Me siento inmerecida de tanto amor”.
Voy a misa primero y me siento tan feliz. Al terminar, me quedo un rato agradeciendo a Dios tantas gracias que se nos dan en la santa Eucaristía. Luego voy a ver a Jesús en el sagrario. Lo tienen en un pequeño, pero hermoso oratorio, que invita a la oración. Me quedo una hora rezando, acompañándolo, hablándole, contándole todas mis cosas y las de mis amigas que ahora me piden que le hable de ellas. Es maravilloso saber que Jesús realmente está presente allí, en el sagrario”.
¿Puedo pedirte un favor, querido lector? Cuando vayas a verlo dile: “Claudio te manda saludos”. Ya sabes que me encanta sorprenderlo.
¡Dios te bendiga!
……….
¿Conoces el libro “EL SAGRARIO?” Lo escribípara ayudarte en tus visitas a Jesús en el sagrario, para que puedas conocerlo y amarlo más. Me ilusiona que lo conozcas y lo visites a diario. Y le digas que le quieres.
“EL SAGRARIO” es un clásico de espiritualidad que “ENCIENDE los CORAZONES” en amor a Jesús Sacramentado. Escrito por nuestro autorClaudio de Castro
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