Creo que te lo he contado. Es una historia que suelo repetir porque nos ayuda a comprender mejor a nuestros sacerdotes. Solía entrar en un sitio católico en Internet para intercambiar opiniones, hablar de nuestra fe y hacer comentarios.
Allí conocí a una persona que se expresaba diferente. Cada palabra suya estaba llena de amor y de una gran espiritualidad. Los jueves por las noches hablábamos.
Me comentó que era sacerdote y estaba muy enfermo. Tenía una enfermedad incurable, en su fase final. Recuerdo que una noche sentí curiosidad y le pregunté: “¿Qué es lo que más te ha gustado de tu sacerdocio?”
Apareció en la pantalla de mi ordenador una sola palabra: “CONSOLAR”.
Fue lo último que supe de él. Me enseñó a valorar más a los sacerdotes.
Me impactó tanto que pensé: “Es lo que me gustaría hace con mis libros, dar abrazos en el alma, consolar”. No siempre lo he conseguido, pero no me rindo.
Recibo correspondencia de todas partes del mundo, lectores que, por algún motivo, me comentan sus vidas, sus temores y dificultades. Observo un gran sufrimiento y a veces desesperación.
Me piden consejos. No soy bueno haciéndolo, pero siempre recomiendo tres actividades muy sencillas que he notado que dan buenos resultados:
- Busca ayuda. Está bien. NO dudes en pedirla si la necesitas, a un profesional, un médico, un sacerdote.
- Ve al sagrario y habla con Jesús. Él siempre nos escucha y responde con amor.
- Lee libros de espiritualidad que refuercen tu fe y tu vida sacramental. Esto te llevará al silencio, la oración, la PAZ y el santo abandono en la voluntad divina.
Hace unas semanas meditaba estas cosas y recordé una joven que tiempo atrás se me acercó para comentarme que se sentía poca cosa. Sufría por muchos motivos. “Soy basura”, me dijo, dejándome de una pieza. En ese momento no supe responder adecuadamente.
Ahora, años después, quise escribir un libro para responderle a ella y a miles de personas que en sus vidas han pasado lo indecible y se sienten igual, tristes, marginados, poca cosa, viviendo con miedos y una baja autoestima, sin saber lo especiales que son.
¿Conoces alguien que pase una situación similar? Tal vez mi libro podría ayudarlo.
Me gustaría recomendártelo para que lo leas y lo hagas circular. Decía don Bosco que nada hace tanto bien al alma como la lectura de un buen libro. Éste lo es. Te ayudará a no rendirte ante las dificultades y a valorarte como hijo de Dios. Se titula: “NO ERES BASURA”.
¿Te gustaría adquirirlo? Es muy sencillo.
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