La hija de mi amiga no había entendido «ni papa» del Evangelio del domingo -como tantos niños-, pero lo último que iba a hacer su madre era rendirse.
Trasteando en Internet dio con una de las historias de «Valiván» y fue todo un descubrimiento. Cuando me lo contó le confesé que para mí también lo habían sido y que a mis hijos les encantan las historias de «La casita sobre la roca».
A mí me gustan mucho más desde que conozco la historia que hay detrás.

Valiván es la palabra que surge al unir «Valeria» e «Iván», un matrimonio de artistas que desde el inicio de su historia de amor se dio cuenta de que querían poner sus talentos al servicio de la evangelización. Con el tiempo llegaron sus hijos, cuatro, que han heredado la vena artística y a los que podemos ver y escuchar en los audiovisuales sobre parábolas.
Sus últimas producciones son «La luz bajo el celemín» y «El rico necio» y pueden adquirirse a través de la web.
En una entrevista a la Cadena Cope Iván Olguín explicaba que cuando se planteaban qué importancia iban a tener en su vida este tipo de creaciones llegaron a la conclusión de que no querían darle a Dios las horas más cansadas del día, sino las mejores. Esto rápidamente se concretó en una vocación que toda la familia ha vivido vinculada al movimiento de Schoenstatt y que presta un fabuloso servicio a comunidades y cristianas y a familias como la mía.
Gracias a los seis por vuestro trabajo y por el